top of page

Lo soñé de espaldas

  • Foto del escritor: Adriana Somófora
    Adriana Somófora
  • 5 nov
  • 2 Min. de lectura

Con su mirada ágil y táctica se metió en poco tiempo en mi persona, solo le faltaba entrar a uno de mis rincones más preciados, el de mis sueños. 

Ese espacio sagrado en el que Dolores me susurra los siguientes pasos.


Ya pasó, por primera vez entró en mis sueños. 

Estaba de espaldas y se iba. 


No me dio miedo, porque si algún día lo hace sé que no me quedaré sola, porque estoy conmigo y con las personas que tengo escritas en mi ventana, estoy con mis plantas, mi café, estoy con la luz que entra de 2 a 5 por la ventana del salón, y sí, a veces también con la nube que me hace pesada la cabeza y me atrapa entre las sábanas, la que alivio con el arte que me sale de el dolor y que empata con otros corazones ayudándoles a sanar. 


Él me ha repetido que es fácil estar conmigo y yo quiero repetirle que si algún día se quiere ir, también será fácil., como el sueño. Porque como me dijo mi padre: “La libertad es lo más bonito que el ser humano puede tener”. 


Porque aunque su tierra sea plana y la mía redonda y aunque la palabra feminismo nos cause sensaciones contrarias, yo lo quiero entre mis sábanas tramposas, porque el verdadero amor es la libertad de dejar ser a las personas., y que con todas esas diferencias tan lejanas como la distancia entre Montreal y el desierto de Zacatecas nuestras almas decidieran juntarse en una noche que no ha terminado. Aferrados a un abrazo, sabiendo que nos podemos ir como en el sueño, pero con la decisión de quedarnos juntos solo por esa noche de agosto, que hoy no queremos que termine.




ree

 
 
 

Comentarios


bottom of page