De pronto tengo cuatro canas (que me emocionan mucho), de pronto me doy cuenta de todas las vidas que he tenido, la de la bebé que nació con pelo rizado, la de la niña que hacía pasteles de lodo en el rancho, la de la fotógrafa admiradora del arte que salió de la calle de carranza, la de la valiente que se fue a la ciudad mounstro, la del espejo de hoy con cuatro canas y contando, la siempre acompañada por Dolores.
Sintiendo que todas estas vidas viven hoy en una mezcla de dimensiones emocionales que en cualquier instante se puede esfumar.
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