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Corazón mexicano

  • Foto del escritor: Adriana Somófora
    Adriana Somófora
  • 18 sept
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 30 oct

“Sangre italiana, corazón mexicano”

Fueron las primeras palabras que leí de él.  


Porque de haber leído primero su nombre “Marco Antonio” la conversación entre nosotros no hubiese existido, con eso de que le busco encaprichadamente mi libertad a un Antonio desde que tuve voz para cambiarme el nombre que me dio, desde que tuve pies para salir de la casa que nos construyó. 


“Corazón mexicano” … 

¿Se referiría al mío que a ratos pareciera que se quedó con él? 


A este corazón que aunque no nació en Zacatecas, se siente de ahí, lugar donde suena la marcha que es el segundo himno de México y donde suenan los susurros de las brujas de Beleña. Corazón que recuerda sus manos más que cualquier parte de su cuerpo, porque fueron el primer pedazo de su piel con el que decidió tocarme y el primero que me tocó. 


Podrían pasearse por mi mente los recuerdos en los que explotamos de placer sobre su cama y sobre todas las dimensiones que atravesamos con nuestras miradas profundas que se convertían en carcajadas erizadas de conexión. Pero el único pensamiento que me recorre una y otra vez es el de sus manos sobre el anillo que me dio mi madre. Esa mujer que le entregó su corazón al Marco Antonio del que salí yo. 


Íbamos en el elevador subiendo para ver el cielo que muchas veces no se alcanza a ver en esta ciudad, cuando él tomó el anillo para darle vueltas con el pretexto de tocar mi piel, esa de las manos grandes y tibias que lo de la Serna me heredó. 


Menos de siete noches duró el encanto de sus manos sobre las mías y sobre mi cuerpo.

Encanto que fue perdiendo su intensidad sobre unos cuantos mensajes, en intentos de no sentirnos lejos, mensajes en los que me llamaba “Brujita” como si supiera que venía de donde las brujas de Beleña, aunque nunca se lo conté. 


Me llamó tantas veces Bruja, que me lo creí, pero no me sirvió de nada, pues no pude hechizarlo a él, o por lo menos a sus manos, que son las que pienso tanto.


Somófora


“Corazón mexicano”
“Corazón mexicano”


 
 
 

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